Walter Ferrarotti

May 14, 2009

Lo oculto revelado

CACHÉ

LO OCULTO REVELADO

Por Walter Ferrarotti

1. LA MEMORIA COMO MONTAJE

La primera imagen delata el dispositivo fílmico. Un plano general del frente de la casa de Georges y Anne Laurent que se dilata en el tiempo da comienzo a Caché (escondido). La imagen se acelera hacia adelante y hacia atrás, revelándonos que estamos ante la proyección de un video casero que manos anónimas dejaron en la casa de los Laurent con el objetivo de hacerles saber que están siendo observados (filmados). La cinta está acompañada con un dibujo, que parece hecho por manos infantiles, de un chico con sangre en la boca. Este dibujo, como un fotograma de una película extraviada en las estanterías de una videoteca como la existente en la casa de Georges y Anne, despierta la memoria escurridiza de Georges. Cuando apenas contaba con seis años sus padres tenían la intención de adoptar a Majid un chico de origen argelino que perdió a sus padres cuando manifestaban en Paris apoyando la liberación de Argelia, pero a instancias de las mentiras que Georges esparce sobre aquel lo enviaron a un hogar para chicos huérfanos, evitando de esta manera la adopción y el tener que compartir a sus padres. El mecanismo que realiza la memoria de Georges de ocultar los momentos desagradables, seleccionando aquello que se quiere recordar de aquello que no, es asimilable a la artificiosidad del montaje cinematográfico, procedimiento en donde se selecciona lo que se quiere y lo que no se quiere “ver-mostrar”. Este mecanismo es la manera de operar de Georges, quien todo el tiempo intenta evadirse de sus malos recuerdos. Cuando Georges visita a su madre le pregunta si recuerda a Majid y ésta le contesta con una pregunta: ¿Quién es Majid? La madre agrega luego: “Fue hace mucho tiempo y no es un recuerdo grato”. Tanto Georges como su madre, que utiliza el mismo procedimiento que su hijo, intentaron eliminar de su memoria el recuerdo de Majid. Más adelante Georges, que es conductor y comentarista literario en un programa de televisión, está en la sala de edición indicándole al editor cómo debe realizar el montaje del programa, cortando un plano de un invitado que se vuelve demasiado “teórico” y mostrando en cambio el plano de una bella mujer. Simétricamente, en una escena precedente, la madre le dice: “Tengo a mi familia… con el control remoto cuando me desesperan los apago”, haciendo referencia al programa de televisión de su hijo y desvelando el dispositivo ver-no ver, mostrar-no mostrar del montaje-memoria. Más adelante Majid convoca a Georges para que sea testigo de su suicidio y luego lo vemos a éste salir de un cine, continuando así con su operación de ocultamiento tratando de evadirse de lo sucedido encubriendo las imágenes de la muerte de Majid con las imágenes de alguna película ocasional. Más tarde con posterioridad al enfrentamiento con el hijo de Majid, en dónde llega a decir: “No tengo nada que esconder”, como una declaración de principios evidentemente falsa, Georges toma barbitúricos y se va a dormir, sumergiéndose en un sueño-fundido a negro, pero no puede evadirse del sueño-flashback que hace emerger aquel recuerdo que estaba oculto y ahora fue liberado, el momento en que se llevan a Majid al orfanato. El significado de la palabra Caché es escondido, oculto. Y este recuerdo de Georges, oculto, escondido en su memoria es desvelado por esas imágenes anónimas que desarticulan su mecanismo memoria-montaje, poniendo en crisis todo su mundo.

2. EL CINE COMO GENERADOR CRÍTICO

Cuando concluye Caché estamos tentados a pensarla en términos de género y podríamos interpretar que el enigma que se plantea al comienzo de la película, “¿quién está filmando la casa de Georges y Anne?”, no tiene una resolución efectiva porque el protagonista no sufre transformación alguna a lo largo del relato; renunciando así, el film, a su herencia genérica. Esta interpretación es posible en el nivel de la historia. Pero en un nivel simbólico el último plano del film que nos muestra a Pierrot, el hijo de Georges, y al hijo de Majid hablando en la explanada del colegio del primero, es simétrico al primer plano de la película. Ambos planos ponen en juego el aparato fílmico y guardan una misma identidad compositiva, se tratan de planos secuencias, generales, fijos, dilatados en el tiempo y que no buscan encuadrar personas, están ahí para dar testimonio del transcurrir. Testigos del tiempo, de nuestro tiempo. Dentro de la diégesis los posibles “autores” de las imágenes en cuestión son Majid, el hijo de Majid y podríamos agregar a Pierrot. Pero ante la evidencia de este último plano, en donde vemos al hijo de Majid y a Pierrot en cuadro, descartamos a estos dos de la autoría de las imágenes por que “alguien” más los está filmando y Majid tampoco podría ser el autor de las mismas porque a esta altura del film está muerto. Entonces ¿quien es ese “alguien” que filma? Trasponiendo el límite de la representación el cine como artefacto se materializa dentro de la diégesis, el dispositivo fílmico osa decir su nombre e irrumpe en la vida de Georges y su familia con imágenes perturbadoras que no tienen una génesis verificable, por lo menos en el mundo diegético. Imágenes que invaden la intimidad de la familia Laurent poniendo en crisis su endeble equilibrio y constituyéndose como un flujo de memoria pura, liberador de los recuerdos ocultos de Georges. Estas imágenes como dijimos están construidas como planos secuencias sin cortes, es decir sin montar, en oposición al mecanismo que utiliza Georges con su memoria que hemos asimilado analógicamente al montaje, recordemos la escena de la sala de edición, eligiendo aquello que se quiere de aquello que no se quiere recordar-ver-mostrar. Caché se presenta como una crítica virulenta contra la sociedad contemporánea occidental haciendo foco en la familia Laurent, paradigma de la familia burguesa. Y también como una crítica contra el flujo de imágenes descontrolas y sin sentido que asaltan al mundo contemporáneo, no es casualidad que Georges sea presentador de un programa de televisión. Esta crítica a las imágenes no excluye al cine, ya comentamos la escena en la que Georges sale de una sala cinematográfica luego de presenciar el suicidio de Majid. Si bien el cine es parte del problema también puede ser el disparador para cuestionar el estado de las cosas, al fin y al cabo son las imágenes del dispositivo fílmico que se materializan dentro de la diégesis en Caché las que ponen en crisis el mundo representado.

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