Walter Ferrarotti

julio 23, 2009

Gatica, El Mono

GATICA, EL MONO

EL SUBSUELO DE LA PATRIA SUBLEVADO

POR WALTER FERRAROTTI

Para mi amigo Angelito. Peronista de corazón.

“Era el subsuelo de la patria sublevado. Era el cimiento básico de la Nación que asomaba, como asoman las épocas pretéritas de la tierra en la conmoción del terremoto. Era el substrato de nueva idiosincrasia y de nuestras posibilidades colectivas allí presente en su primordialidad sin reatos y sin disimulos. Era el de nadie y el sin nada en una multiplicidad casi infinita de gamas y matices humanos, aglutinados por el mismo estremecimiento y el mismo impulso, sostenidos por una misma verdad que una sola palabra traducía: Perón.

(Raúl Scalabrini Ortiz, sobre el 17 de octubre de 1945, Hechos e ideas”, 1946)

PowerDVD (2)El peronismo irrumpe en la historia argentina como un aluvión irrefrenable cimentado en una férrea comunión entre el pueblo trabajador y su líder, el general Juan Domingo Perón y la abanderada de los humildes, Evita. Gatica, en el relato de Favio, se constituye como el paradigma de esa unidad: “Si yo nunca me metí. Yo siempre fui peronista.” dice, respondiendo a la preocupación del Ruso -su amigo incondicional- frente a los fusilamientos de los resistentes peronistas en junio del 56´. La película de Favio se inicia con un prólogo que muestra la llegada de la familia Gatica a Buenos Aires y luego a un joven Gatica en sus inicios boxísticos; seguidamente el relato, como un tejido en manos de un diestro hacedor, se entrama con un contrapunto entre la historia del peronismo, su ascenso y su caída, y el derrotero de Gatica, que concluye con su patética muerte como un reflejo especular del drama peronista y del desamparo desolador que sufre el pueblo trabajador ante la ausencia forzada de su líder. Como todo tejido, el entramado que lo compone está formado por una hebra horizontal y otra vertical. La historia de Gatica es el hilo horizontal mientras que lo vertical, encarnado por Perón y Evita, irrumpe en la existencia  de  nuestro agonista  marcando los momentos trascendentes de su vida [1]. En uno de esos encuentros, Perón lo saluda luego de la victoria sobre el rosarino Prada, su clásico adversario, y Gatica lanza su famosa frase: “Como ruge la leonera  general. Somos los más grandes. Dos potencias se saludan”.

gatica

En otra circunstancia, también sustancial  para la vida de Gatica, Evita y Perón apadrinan a su hija, María Eva. Este acto vincular anuda el lazo familiar entre el matrimonio gobernante y Gatica, signo de la época dorada del peronismo y de la comunión con su pueblo. El inicio del fin de ese mundo idílico se origina con la muerte de Evita. Este acontecimiento luctuoso preludia el ingreso en una espiral descendente para el peronismo y para Gatica.  El clímax de esta caída tiene lugar cuando la nueva mujer del pugil está por dar a luz mientras éste pierde por puntos en un renovado combate con Prada, y ya en el hospital le informan que su hijo murió en la sala de partos. Los dos niños, la bautizada María Eva y el niño fallecido, están signados en el relato como síntoma del escalamiento del peronismo, la primera, y como síntoma de su debacle, el segundo. Ulteriormente a la muerte del niño, un travelling resume los acontecimientos que le infligieron el golpe de gracia al gobierno de Perón: el bombardeo a la plaza de mayo el 16 de junio del 55´, el golpe militar del 21 de septiembre de 1955 y los fusilamientos del 56´, mostrando una plaza en ruinas y las hileras de cuerpos muertos por las bombas y las metrallas de los aviones sediciosos, culminando con un cuadro de Perón y Evita que arde en llamas y se reduce a cenizas. A partir de ahí, la imagen de Gatica queda ligada para siempre al movimiento peronista y la Asociación Argentina de Box le prohíbe combatir en territorio argentino. Convertido en un paria, Gatica se ve inmerso en la indigencia teniendo que trabajar como atracción en una cantina llamada “Los campeones”.

George Dumezil observa que en el imaginario indoeuropeo las comunidades estaban constituidas por tres funciones o jerarquías, la primera: la soberanía, lo sagrado, la inteligencia; la segunda: la fuerza, y particularmente la de los guerreros; la tercera: la abundancia, lo productivo y lo reproductivo, tanto aquella constituida por el trabajo agrícola como la representada por la colectividad [2]. Mutatis mutandis, el fenómeno peronista se inscribe en esta matriz arquetípica común y universal, y que no le es extraña a la película de Favio. Constituyendo un lazo afectivo entre Gatica como emblema del pueblo peronista y representante de la tercera función y la pareja Perón-Evita encarnando la primera y segunda función jerárquica, dado el carácter de gobernante PowerDVD (3)soberano y militar a un mismo tiempo de Perón, junto al halo místico que envuelve a la figura de Evita, y a la permeabilidad en los discursos políticos y en las acciones de gobierno de los lineamientos fundamentales de la doctrina social de la iglesia. Si estás tres funciones jerárquicas guardan cada una su competencia, la tríada convive en armonía. Pero cuando alguna de estas funciones entra en crisis, por alguna inestabilidad interna o por el avasallamiento de una o de las dos funciones restantes, el equilibrio de la tríada se resiente. Así, por ejemplo, la imagen de un héroe solitario, vengador, enfrentado a la sociedad y al poder, por demás común en la modernidad, está abonada por la pérdida de cohesión entre las funciones que estructuran la sociedad. En cine, un modelo ejemplar de esta desarticulación en las funciones tradicionales podemos encontrarlo en “Taxi Driver” (Martín Scorsese). Travis Bickle, una suerte de imagen especular del Willard de “Apocalipsis Now” (Francis Ford Coppola), es un héroe de Vietnam que luego de la guerra regresó a su país, siendo abandonado a su suerte y olvidado por los suyos (por las otras funciones: la detentadora del poder y la colectividad, siguiendo a Dumezil). El saber conquistado por Travis en su periplo a la guerra, es un saber despreciado; un saber que no puede ser transmitido, invalidando una de las funciones del heroe [3]. Volviendo a la película de Favio, luego del golpe militar del 55´se perturba el equilibrio entre las tres funciones, perdiéndose la cohesión entre ellas. Después de la quema del retrato de Perón y Evita, y de la escena en la cual desalojan a Gatica del ring con la fuerza pública, quien a voz en cuello y a puro corazón desgarrado grita: “No señor. A mí se me respeta. Viva Perón, carajo” [4], no hay ninguna alusión a la vida política del país desde el 56´ hasta el 63´, año de la muerte de Gatica. Esta marcada omisión es producto de la desconexión entre las funciones que constituyen el nuevo universo social argentino. En ese período, la primera y la segunda jerarquías de la tríada integrada por los PowerDVD (4)grupos que se levantaron contra Perón (los militares golpistas, sectores reaccionarios de la iglesia católica, la oligarquía, los partidos políticos que no entendieron el fenómeno peronista, y aquellos que si lo entendieron y lo consideraban su enemigo) están totalmente desvinculados y son hostiles a la tercera función de la tríada, el pueblo trabajador peronista. El hilo vertical al que antes hacíamos alusión, en la figura del tejido, con la irrupción de Perón y Evita (lo vertical) en el mundo de Gatica (el pueblo-lo horizontal) fue cercenado. Solo queda la frágil hebra horizontal con la cual no se puede construir ningún tejido, ningún entramado. Así, Gatica sin conexión con lo vertical queda prisionero de la horizontalidad, sumido en la ignominia y la indigencia. Situación extrema que metaforiza el padecer de todo el pueblo peronista. Este cercenamiento de lo vertical hace que la muerte de Gatica, atropellado por un colectivo, sea de un patetismo absurdo. Y cuanto más patética es la muerte de Gatica más trágico es el golpe militar del 55´, origen del drama peronista, al quebrar por la fuerza el vínculo amoroso entre Perón y su pueblo.

FICHA TÉCNICA

Gatica, el Mono
Argentina (1991)
Dirección : Leonardo Favio.
Guión : Zuhair Jorge Jury y Leonardo Favio.
Fotografía : Alberto Basail.
Montaje: Darío Tedesco.
Música original y dirección: Iván Wyszogrod.
Sonido: Daniel Mosquera, Miguel Babuini.
Asesoramiento boxístico: Sergio Víctor Palma, Arnoldo Paré.
Jefe de Producción: Alberto Tasselli.
Intérpretes: Edgardo Nieva (Gatica), Horacio Taicher (el Ruso), Adolfo Yanelli (el Rosarino),  María Eva Gatica (madre de Gatica), Cristina Child (Emma), Virginia Innocenti (Nora), Cecilia Cenci (Evita), Armando Capó (Perón), Erasmo Olivera (Gatica adolescente), Martín Andrade (don Lázaro), Andrés Consiglio (el Ruso adolescente)

BIBLIOGRAFÍA CITADA Y CONSULTADA

Dumezil, Georges.
“Idées romaines”. (citado en “Los dioses indoeuropeos” de Antonio Blanco Freijeiro)
Galaso, Norberto.
“El 17 de octubre”. Edición digital. Centro Cultural Enrique Santos Discépolo.
Kott, Jan.
“El Manjar de los dioses”. Ediciones Era.
Perón, Eva.
“La razón de mi vida”. Editorial Peuser.
Rosa, José María.
“Historia Argentina”. Tomo 13. Editorial Oriente.
Scalabrini Ortiz, Raúl.
Hechos e ideas”. Edición digital.

NOTAS

[1] En la tragedia griega… ”Los dioses están arriba, los hombre abajo. (…) Su cosmos tiene una estructura vertical: arriba, el asiento de los dioses y del poder; abajo, el ámbito del exilio y del castigo. En medio se encuentra el círculo plano de la tierra y, a su alrededor, la orkhéstra también plana, en la cual se desarrolla la acción. La estructura vertical del mundo con sus funciones, símbolos y destinos definidos, el “arriba” y el “abajo”, es uno de los arquetipos más universales y duraderos. `El infierno, el centro de la tierra y la `puerta´ del cielo están así situados sobre un mismo eje, y el paso de una región cósmica a la  otra se efectúa sobre ese eje´, escribe Eliade en El mito del eterno retorno: arquetipos y repetición.´” Jan Kott, “El manjar de los dioses”. Biblioteca Era. En la cosmogonía de la tragedia griega se establece un axis mundis o eje vertical que une el Olimpo, el mundo de los hombres y el Tártaro, que se encuentra debajo del Hades. Este axis mundis permite el ascenso y descenso de los dioses para intervenir y regular la vida humana.

[2] “Las fuerzas que animan al uno, el mundo, y a la otra, la sociedad (…) se agrupan, en lo esencial, en tres niveles jerárquicos ordenados y cósmicamente superpuestos, de los cuales los dos primeros se pueden caracterizar en pocas palabras: soberanía mágica y jurídica, vigor guerrero; en cuanto al tercero, es más complejo, aunque se advierte el factor común a sus manifestaciones: salud y alimentación, abundancia de hombres y de bienes, vinculación al suelo, y también paz, aspiración al goce tranquilo de una edad de oro.” G. Dumezil, Idées romaines, Paris 1979. (citado en “Los dioses indoeuropeos” de Antonio Blanco Freijeiro)

[3] Esta teoría sobre el héroe en el cine está desarrollada por Ángel Faretta en infinidad de escritos pero muy especialmente en el ensayo “Signo y Oráculo” escrito en la revista Medios y Comunicación nº 19.

[4] De este grito surgido de las entrañas de Gatica podemos inferir que el respeto que es exigido implica que Perón continúe dirigiendo los destinos de su pueblo.

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